miércoles, 17 de febrero de 2016

Pequeñas correcciones



En anteriores entradas realicé un análisis histórico artístico de la evolución del edificio, enmarcándolo en el modernismo y los neoclasicismos. También teoricé sobre las posibles reformas padecidas por el inmueble y sobre su estado en las décadas de 1920 y 1930. Gracias a la ayuda de la Dra. Poblador he conseguido darme cuenta del error en mis explicaciones artísticas y, junto a una mayor indagación en los documentos fotográficos, evolutivas del inmueble.

El edificio no corresponde a un estilo modernista, como bien afirmé anteriormente, sino a un “revival” del Neoclasicismo. Con la ayuda de la Dra. Poblador, versada en Historia del Arte y principalmente en la arquitectura de finales del XIX y principios del XX, (abogando así por la interdisciplinariedad en la gestión del patrimonio) he podido observar como el edificio corresponde más a esa “pervivencia del clasicismo”.
Esto se debe a que durante el siglo XIX se busca un estilo que represente a la nueva era del progreso y la industrialización, por este motivo lo primero que hacen es inspirarse en el pasado: en los neogóticos o en el neomedieval, neobarroco, etc. Así también se inspiran en el neoclasicismo del siglo anterior. Se trata de una tendencia que mantiene el gusto por lo clásico en el orden, la armonía, el equilibrio, etc. Esta se desarrolla a lo largo del siglo XIX e incluso entrando en el siglo XX, es un estilo que se intenta denominar como un “clasicismo romántico”.
Según me ha explicado la Dra. Poblador, este tipo de edificaciones entre finales del XIX y principios del XX, estaban inspiradas en algunos modelos como el Petit Trinanon de Versalles. 




Se puede apreciar como las balaustradas que recorren la cubierta y los porches laterales, o las pilastras adosadas de la fachada, son similares a los de este edificio de Versalles.
Algún ejemplo similar en Aragón puede ser uno de los ya desaparecidos hotelitos de la plaza Aragón en Zaragoza, como el que sirvió de sede del Gobierno Civil. 



Por otro lado, en el caso de la evolución histórica del edificio, he podido comprobar cómo algunas de mis especulaciones en torno a su estado entre 1920 y 1930 pueden ser incorrectas. Pongo una serie de fotos antiguas del edificio y otras actuales con algunas marcas en ellas para establecer una comparación que ayude a defender mis hallazgos que explicaré más adelante. 

Coche en lo que hoy es la Avenida Navarra a principios del siglo XX. Foto de

LAPUENTE SAN PEDRO, R. Tarazona. Instantáneas del pasado. C.E.T. Institución Fernando el Católico, Tarazona, 2008.

 El coche de los señores Lizarbe a la entrada de su casa. Foto de


LAPUENTE SAN PEDRO, R. Tarazona. Instantáneas del pasado. C.E.T. Institución Fernando el Católico, Tarazona, 2008.


 Foto propia
 Foto propia

Como se puede observar en las fotografías, la casa solo constaba de cuerpo central dividido en tres bloques, separados por las distintas pilastras adosadas. Estas coincidencias se pueden apreciar gracias a la situación del las ventanas y de las rejerías de los tragaluces, con doble ventanal y tragaluz en el centro y una ventana y tragaluz en cada uno de los bloques laterales. A partir de aquí, en cada una de las fotos se puede observar como del inmueble arranca un tapial por cada lado que es precedido a muy escasa distancia de dos portones idénticos en cada lado, los cuales actualmente han desaparecido y en su lugar se encuentran ambos porches laterales, siendo el izquierdo completamente cerrado. En el caso del lado derecho del tapial, el portón sustituido por un porche abierto también tiene practicada una entrada solo accesible para personas, mientras que más a la derecha se practicó otro portón con distinto remate que los anteriores. Estas diferencias, son muy poco apreciables en el caso de los materiales constructivos del edificio, ya que se debió usar el mismo material y estilo para sustituir los portones por los anexos laterales. Solo se intuye algo a ras de suelo en las rejerías laterales que hay una pequeña grieta vertical que establece las divisiones de los antiguos portones con los nuevos anexos. Es más en el caso del anexo izquierdo, también se tuvo que ampliar el sótano, como parece indicar la presencia de un nuevo tragaluz con la misma tipología de rejería que las del cuerpo central del edificio.


A pesar de esto hallazgos, surgen otras incógnitas entorno al inmueble, como de cuando datan las reformas del edificio, que sucedió en el tapial izquierdo pasado el anexo (donde se puede ver un trozo de muro de distinta factura y distinta rejería), cuando y quien hizo el edificio original y quien fue el que llevo a cabo las reformas, entre otras cuestiones. La mayoría de estas sigue siendo un misterio, pero para la datación de las reformas, he podido estimar unas fechas que las deben enmarcar entre la década de 1920 y/o la década de 1930. Este se debe a que el estado anterior a las reformas lo corrobora una transmisión de propiedad de 1912[1] y el coche que aparece en unas de las fotos de más arriba (ya que ese modelo no puede ser de la década de los 10 y el autor de la foto identifica a los ocupantes como la familia Lizarbe en la entrada de su casa, la cual no es comprada por la familia hasta 1922). El límite que establezco de la década de 1930 como máximo para acometer las reformas la marca un documento, el Registro Fiscal de la propiedad de 1938[2], donde ya aparece en su estado actual con las reformas acometidas.


[1] Archivo de la notaria de Fermín Moreno Ayguade, Protocolo notarial de 1912, tomo1º, 9º folio y nº 79 págs. 313-330
[2] Archivo Municipal de Tarazona, Registro Fiscal, nº de matricula 3.020